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Sapatero ¡a la joguera!
31.12.09 SIN ADITIVOS | Felipe Osuna Manjón-Cabezas
El mundo de la televisión está envuelto de momentos enigmáticos, cuanto menos curiosos e incluso divertidos, muestra de ello se aprecia cuando una entrevistadora de a pie, acompañada de su cámara recoge, micrófono en mano, la opinión de la calle. Hay respuestas para todo tipo a una simple pregunta, desde agachar la cabeza y salir corriendo haciendo el gesto con un dedo que podría traducirse en no, hasta pronunciar los más increíbles disparates e incluso, cantarlos. En el caso que les comento se trataba de una chica que acopiaba opiniones para un debate en el canal VEO7, la cual preguntaba a los paisanos que pasaban a su vera sobre qué políticos «salvaba o cuáles echaba a la hoguera». Mayoría abrumadora para ajusticiar al ídolo del club de la ceja. Cabe destacar la sentencia de aquel señor ataviado con mono azul, pitillo en la oreja y cara de estar soportando lo peor de la crisis, que no dudó tan siquiera en dictaminar aquello de «Sapatero ¡a la joguera!».
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Paraules d´amor
23.12.09 | José M. Jiménez Migueles
Palabras de amor sencillas y tiernas
que echamos al vuelo por primera vez,
apenas tuvimos tiempo de aprenderlas,
recién despertábamos de la niñez
Admiré, desde mi adolescencia, la madurez intelectual de los independentistas catalanes, ya que veía en ellos la fuerza de una razón, no del todo convincente, pero sí al menos lo suficientemente utópica, lo necesariamente bella, para no dar nunca por perdida la batalla ideológica de preservar su identidad. Es más. Aún recuerdo, como si fuera ayer, el día del brutal asesinato de Miguel Ángel Blanco, quizás la primera vez que tome cierta conciencia política sobre la necesidad de trabajar todos juntos en una identidad común que no dañara la dignidad, ni, por supuesto, la vida de nadie. Ese día, aquella tarde, alternaba en el radio cassete el himno de la paz que para mí era el “Libertad sin ira” con el himno del amor que para mí era, y sigue siendo, las “Paraules d´amor” de Serrat. Como no podía ser de otra forma, la simpatía que despertaba un nacionalismo era muy diferente al que despertaba el otro.
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Cara y Cruz de la electrónica
17.12.09 SUSPENDO EL JUICIO | Eustasio Moreno Rueda
Llegan a los colegios las pizarras electrónicas. La tradicional superficie opaca se convertirá en un ventanal a las autovías de información de la red. Debe ser estupendo enseñar con el nuevo ingenio los movimientos de nuestro planeta, la mitosis y el ciclo del agua. Qué decir si el tema es Beethoven. En un guiño la “Novena” arrobará los tímpanos de los pupilos y en la pantalla aparecerá un menú de biografías en las que degustar la truculenta vida del “divino sordo”. He de confesarlo, soy un hincha de la electrónica. Sigo con entusiasmo sus progresos, me asalta cierta inquietud el día que no puedo visitar mi ordenador y asisto estupefacto a la evolución vertiginosa del móvil-ladrillo-arma defensiva al móvil-fina lámina táctil a defender (de los golpes y de los amigos de lo ajeno).
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Navidad de cada día
14.12.09 | Jesús Gómez Medina
Se acerca la Navidad. Como si se tratase de un temporal mecido por los vientos del marketing y la tradición va haciendo poco a poco su aparición -de nuevo y cíclicamente- en nuestras vidas. Como parte de esa rutina predecible que marca nuestro reloj vital, nuestro comportamiento social compartido, heredado y gustosamente reiterado. Como parte de ese ritual que nos va indicando en cada estación qué va tocando hacer y que aprendemos desde pequeños como parte de nuestro rito socializador. Como ladrillos vivenciales que van entretejiendo la estructura de nuestra persona, sostenida en el andamiaje ausubeliano del modelo de crianza en que cada cual tuviera la suerte de beber y desde la perspectiva que los hados le otorgaran por herencia y medio.
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Halcón de Atardeceres
14.12.09 EPOPEYA | Eduardo Luna
Melanie Kingston era algo más que una mujer suntuosa y elegante, era simplemente grandiosa en toda su imagen y resplandor. Su metro ochenta enlazaba perfectamente con unos labios carnosos que cada vez que se movían invadían los celos de los infieles que se acercaban a ella. Ojos rasgados, pasión en la voz y un sinuoso cuerpo que empequeñecía la silueta de una catarata. No tengo la suerte de conocerla, sólo de oídas y de alguna que otra foto que Robert Moon me había facilitado en alguna ocasión para alegrarme el día.
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Balidos nuestros de cada día
13.12.09 | Isidoro
Réplica al artículo de Carmen Calvo, publicado en EL PAÍS en fecha 25/11/2009, y de título ‘El Guantánamo nuestro de cada día’.
Nadie puede, en su sano juicio, dejar de condenar la violencia contra la mujer, la doméstica o por razón de sexo. Lamentablemente hoy día se hace necesaria esta aclaración primera, pues cualquier opinión que critique la forma en que el gobierno trata este asunto, suele ser objeto de la más tendenciosa acusación sobre el fondo de la cuestión.
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Matar a Dios en el colegio
09.12.09 | José M. Jiménez Migueles
Matar a Dios en los colegios. No parece mal plan. Total, no se va a defender y a su hijo ya lo crucificaron y ni protestó. Parece una cosa rápida y fácil. Y sin sangre oigan. Un plan redondo. Matamos a Dios en las escuelas y adiós a siglos de enseñanza dogmática, de levita, alzacuellos y explotación intelectual de la simbología religiosa. No se pueden obtener tantos réditos con un ejercicio tan sencillo como el de levantar la mano según la ideología marcada por el partido, tan jerárquico como la Santa Madre Iglesia. Y pienso yo la relación que pueda tener denegar la construcción de simbología religiosa islámica en Suiza mediante referéndum nacional con la eliminación de simbología católica en España mediante decisión mayoritaria en el Parlamento. ¿Tan mala una cosa como la otra? ¿Qué es más políticamente correcto? ¿O más fácil de decidir?
En realidad el debate es algo estéril. En el Instituto Aguilar y Eslava los quitaron cuando yo estaba allí en mi segundo año, y los dos institutos por los que he pasado ninguno han tenido nunca un crucifijo. Sin embargo, el pueblo donde vivo tiene un Ayuntamiento en cuya escalera principal hay un Dios, el tito Mithras, y una Virgen, la del Perpetuo Socorro, aunque debiera ser la Mama Sierrita la que estuviera allí, por eso de homenajear a las dos religiones más importantes asentadas en suelo cabreño. Y un poco más adelante, el crucificado de las Andovalas. Por no hablar del concejal de Turismo y Deportes, también crucificado por los partidos de la oposición, y que sigue allí todos los días.
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Lenguas de color rosa
06.12.09 EPOPEYA | Eduardo Luna
En las calles había más espíritu que ganas de vivir. El frío, mi fiel e hidalgo compañero, congelaba mi aliento mientras una vela prendía el sol de medianoche que rondaba a la ciudad. Pasé el día y la madrugada hasta ese momento con Jennifer Blake. A solas en mi apartamento, ella confiscaba mi deseo y el placer de sentirnos queridos por un querer a destiempo y sin amor para hacerlo fugaz y diáfano. Acabó todo, salimos a pasear y una cámara y un foco estuvieron a punto de atropellarnos.
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