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Ara Malikian deslumbró en el Auditorio Alcalde Juan Muñoz, de Cabra, con "La increíble historia de violín"
25.08.17 - Escrito por: Rafael Nieto López
El Auditorio Municipal "Alcalde Juan Muñoz" de CABRA, en la noche 23 de agosto, en un lleno de los que este verano está teniendo varias veces, en conciertos multitudinarios, este espacio escénico egabrense (Antonio José, Vanesa Martín), se presentó un espectáculo deslumbrante, al que asistieron espectadores de toda la zona sur de la provincia de Córdoba, con la figura estelar de ARA MALIKIAN, el famoso violinista libanés de origen armenio, nacionalizado en España y su Ensemble, que hizo una insuperable actuación artística, llena de gran técnica y exhibición física de su figura.
A la hora en punto de las 10 de la noche, se iluminó el grandioso escenario y comenzó el espectáculo musical y de luz, que nada más oírse los primeros compases ya vislumbramos se trataba de algo no visto en Cabra y el porqué de los éxitos que viene alcanzando en todos los lugares en que se presenta con llenos absolutos.
Ara Malikian dijo que estaba en Cabra una vez más (con esta ya son 4) y agradeció a todos su presencia, esperando les gustase su espectáculo.
El violinista ha escrito un guión "La increíble historia de violín", mitad realidad mitad ficción, sobre un violín, su violín y la historia del mismo, escrito con un gusto exquisito, gran humor (como ejemplo, el violín construido por Alfredo Ravioli, los percebes), limpio, para todos los público y sin procacidades, con unos "gags" que hicieron reír y mucho, guión que sirve para ensamblar una serie de obras musicales que han hecho un espectáculo único, en el que no decae nunca su acción trepidante y que el público lo aceptó y digirió en las 2 horas y media de duración que tuvo, sin descanso (algunos iban y venían con sus cervezas del bar del Auditorio, para mitigar la sed, aunque la noche no fue del todo muy calurosa).
Mezcla de músicas clásica (como Mozart, Vivadi, Bach o Paganini) y moderna (desde Jimmy Hendrix, Led Zeppelin o David Bowie), muy alegres y chispeantes, escuchamos una serie de obras suyas, en las que Ara y sus compañeros hicieron una exhibición que dejó "sin respiración" al auditorio, que supo estar a la altura de lo que allí ocurría. Lo mismo reinaba un silencio impresionante, si la composición así lo requería, como las palmas acompañaban a la música, si era lo que pedía la interpretación.
Ara hizo con su violín de todo, así como con su persona que no dejó de "bailar" al ritmo de sus partituras (qué preparación física, no se cansaba nunca), a las que imprimía una ejecución perfectísima, bien fueran estas lentas o con unos "vivaces" de vértigo.
Contaba para ello con un equipo de grandísima altura, que menciono con nombres y apellidos, porque su labor fue imprescindible para el éxito total. ¡Qué músicos! Una batería a cargo de Héctor "El Turco", que imprimía unos ritmos fabulosos. Las chelista y contrabajista, Tania Bernáez y Christina Suey, de ejecuciones magníficas, no paraban y en los tiempos rápidos lograban unas actuaciones de gran categoría. Excepcionales los que arropaban a Ara en dúos y tríos, con el violinista Jorge Guillén y el violista Humberto Armas. El gran percusionista Nanthaa Kumar y el fabuloso guitarrista Tony Carmona, que completaba el ensemble. Oímos trozos de obras de varios grupos, pero la mayor parte como "La danza del percebe", "el vals de Kairo", "Kachn Nazar", "Backgammon", "Con mucha nata" "Requiem por un loco" "Los huevos rotos" eran composiciones del propio Ara Malikian en unas versiones muy atractivas bien por su melodía bien por su ritmo, en algunos casos frenético.
Y qué decir cuando Ara era el violinista clásico de primerísima altura que es. Nada más que abierto el concierto tras la presentación musical que hizo el Ensemble, nos hizo un "Lacrimosa" del Requiem de Mozart bellísimo, con unos pianísimos que no se oía en el Auditorio nada más que el violín de Ara, ni los peces nadar en los manantiales de la vecina Fuente del Río.
"La Campanella" de Paganini fue otra exhibición más del violinista armenio-libanés-español, junto con la campanita del percusionista.
Y de "Las Cuatro Estaciones" de Vivaldi el movimiento Presto de "El Verano", sirvió para que una vez más Ara con su ensemble, hicieran una versión antológica, con un sonido sorprendente y una luminotecnia que coadyuvaba a un resultado inmejorable. Yo no había escuchado jamás esta pieza tocada con esta fuerza y bien decir.
La luminotecnia que actuó en el concierto, otra de las partes que sirvieron para que fuera un éxito total. Rayos, destellos, mosaicos luminosos, incluso "explosiones" lumínicas realzaron la espectacularidad de los solistas y de las obras que se interpretaban, utilizando toda gama de colores e intensidad de luz, según el estado anímico que necesitaba la música que calaba en el público, el cual estaba sorprendido por todo lo que estaba viendo y oyendo.
El espectáculo-concierto se fue desarrollando según el libreto creado por Malikian, quien lo explicaba con una voz dulce, sensual, simpática y cómica que hacía reír, a veces, muchas, a los asistentes (tuvimos percebes hasta en la sopa, cuántos percebes) con lo dicho sobre su violín, su abuelo y su padre. El público le correspondía con muchísimos aplausos en sus palabras.
Fueron dos horas y media que se desarrollaron sin pausa, en las que escuchamos de todo y vimos a unos actores-músicos de grandísima altura que exhibieron sus cualidades artísticas al máximo nivel.
Como final del espectáculo Ara Malikian hizo una reflexión sobre los conflictos armados mundiales, refiriéndose concretamente al genocidio armenio, la tierra de sus antepasados, y a los de la suya de nacimiento, Líbano, y mencionó los sucesos terroristas de Barcelona, lo que el público aplaudió con muestras de solidaridad.
Una especie de Oda, creada por él, que fue interpretada por todo el conjunto, sonó como un gran concertante, que reflejó perfectamente lo dicho con una sonoridad grandiosa.
Tras los saludos de los artistas, con las palmas de todo el Auditorio en pie, nos sentamos de nuevo e hicieron dos bises de gran calidad, como todo lo que habíamos presenciado.
Se tocó una parte del Concierto para violín de Bach, deambulando entre el público por el graderío Ara Malikian, que fue el solista y sus acompañantes, sus magníficos "auxiliares" de instrumentos de cuerda. Se caía el Auditorio abajo con las palmas y bravos de un público enardecido. Todavía hubo otra pieza más del compositor Malikian, con lo que terminó este grandioso concierto-espectáculo, que el público hablará de él mucho tiempo.
Nuestro buen amigo José Manuel Molina Guarddón también comparte con nosotros esta sensación y añade a esta crónica: "Yo fui espectador y he de manifestar que además del virtuosismo de Malikian y sus compañeros, el sonido, a pesar de su volumen, fue perfecto, nítido y claro, y la luminotecnia un participante y colaborador valiosísimo. Quizás abusa un poco de la utilización del arco en trémolo medido, con lo que se consigue una mayor sonoridad del instrumento, pero también sus notas largas en la misma arcada son maravillosas y la expresividad de sus "lentos" emocionan. Terminó con el "Lento" de un concierto de J.S.Bach con lo que quiso manifestar su preferencia (la mía también)"
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