|
La ministra, la directora y el dinosaurio
31.10.17 - Escrito por: Manuel Guerrero Cabrera
Leí este verano en El Mundo un artículo de opinión firmado por Luis María Ansón, por quien no suelo interesarme para nada, acerca de Alfonso Guerra. En el texto aludía a una anécdota sobre una ex ministra que había reconocido a una periodista «mordaz» su falta de tiempo para terminar «El dinosaurio» de Augusto Monterroso, el cuento más corto de la literatura, que precisamente había comenzado a leer el anterior fin de semana.
Ansón no daba nombres, así que busqué en Internet, pues daba por hecho que tenía que ser una anécdota bien registrada, como la metedura de pata de alguna ministra con cierta serie de dibujos animados. Sin embargo, encontré poquísimas entradas en Google sobre ello; tan pocas que no se necesitan ni los dedos de una sola mano. La más interesante también procede de Ansón, en un artículo de octubre de 2015 en El Cultural, en el que aporta dos detalles relevantes: la ministra es de Cultura (tampoco coloca la partícula «ex» delante de ella, pero en 2015 ya lo era Íñigo Méndez de Vigo, que, evidentemente, no es una mujer) y la periodista es directora (de un periódico). De junio de ese mismo año está publicada en un foro esta misma anécdota en la que la ministra es Esperanza Aguirre (aunque el usuario, llamado Arden, indica que quizá pueda ser Ana Botella como esposa del ex presidente José María Aznar) y la periodista es sustituida por el propio Monterroso.
Con estos datos, tiremos de hemeroteca y de Wikipedia para comprender, la primera en la frente, que en nuestro país hemos tenido pocas ministras de Cultura: Soledad Becerril (1981-82; la primera mujer en ocupar una cartera después de Federica Montseny -Sanidad y Consumo y Asistencia social entre 1936-37- y Victoria Kent -esta última, sin cartera, en el gobierno de la Segunda República en el exilio-), Carmen Alborch (1993-96), Esperanza Aguirre (1996-99), Pilar del Castillo (2000-04), Carmen Calvo (2004-07) y Ángeles González-Sinde (2009-11).
Menos generosa ha sido España con las directoras de periódico antes de 2011, si bien tras dicho año ha aumentado el número de mujeres al frente de la dirección de un periódico. Aunque no tiene nada que ver con este asunto, creo necesario recordar que Mª Luz Morales Godoy fue la primera mujer directora de un diario o publicación que no era exclusivamente para mujeres; Morales Godoy fue nombrada directora de La Vanguardia en plena Guerra Civil. La siguiente, y ya con interés para la anécdota que tratamos, sería Mª Consuelo Reyna Doménech como directora de Las Provincias desde 1992 a 1999 (anteriormente, había sido subdirectora de este mismo periódico desde 1972 hasta su nombramiento como directora). Desde 2004 a 2012 Lalia González Santiago digirió La voz de Cádiz, mientras que desde 2008 están al frente de Granada Hoy y de La Nueva España, Magdalena Trillo y Ángeles Rivero, respectivamente. En 2010 Ana I. Pereda fue nombrada directora de Expansión. Citamos algunas más, aunque no tengan relación con el asunto que tratamos, pero que da muestra de la escasa presencia de la mujer en los puestos de dirección de los medios, además de su ausencia de la dirección de los diarios que ocupan los primeros puestos: Montserrat Domínguez (Huffington Post, desde 2012), Magda Bandera (La Marea, desde 2015), Esther Vera (Ara, desde 2016), Ana Pardo de Vera (Público, desde 2016), Cristina Fallarás (Diario 16, desde septiembre de 2016 a febrero de 2017) y Mª Mercedes Rodríguez (El día de Tenerife, de 2014 a 2017).
Por lo tanto, si nos creemos los datos encontrados en Internet, especialmente los de Luis María Ansón, tenemos como protagonistas de la anécdota las siguientes opciones:
-Esperanza Aguirre (1996-99) y Mª Consuelo Reyna (1992-99).
-Carmen Calvo (2004-2007) y Lalia González (2004-12). No es posible la opción con Pilar del Castillo, puesto que Carmen Calvo tomó posesión de su cargo en abril y Lalia González fue directora desde mayo de 2004).
-Ángeles González-Sinde (2009-11) y Magdalena Trillo (desde 2008).
-Ángeles González-Sinde y Ángeles Rivero (desde 2008).
-Ángeles González-Sinde y Ana I. Pereda (desde 2010).
También hay otra posibilidad: que esta anécdota no haya ocurrido, que sea un engaño, que alguien se la hubiera inventado (casi diríamos que Ansón, pero el comentario del foro que citábamos arriba nos confirmaría que no).
Y en verdad considero que no ocurrió y que todo lo anterior nace de la querencia de hacer real un microrrelato de José de la Colina titulado «La culta dama» (de Tren de Historias, editorial Aldus, 1998, si no he errado en la búsqueda bibliográfica). Esto explicaría la obstinación de que sean mujeres cultas las protagonistas de la anécdota y de que la de mayor condición político-social, la ministra, sea la que quede mal parada. Incluso podría verse en esta invención de la anécdota (maticemos que no en el microrrelato) aspectos machistas.
Aquí queda el citado texto de José de la Colina, para que se entienda mi postura:
La culta dama
Le pregunté a la culta dama si conocía el cuento de Augusto Monterroso titulado «El dinosaurio».
-Ah, es una delicia -me respondió-, ya estoy leyéndolo.
|
|
|
|
|
|