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Madiba, uno de los nuestros
30.01.14 - Escrito por: Marga Ferré. Miembro de la Ejecutiva del PCE
"Madiba es una palabra de difícil traducción. Me explicaron que es como los xhosas llaman a su jefe, pero también significa "padre" y, lo más hermoso, "escudo protector". Eso era Mandela, un escudo protector.
El capitalismo, con su gran capacidad de absorber lo que le desafía, ha intentado hacer de la figura de Mandela una versión edulcorada de sí mismo, negando su carácter revolucionario y destacando sólo el Mandela que les perdonó la vida. Porque eso es lo que hizo Madiba, impedir, con su enorme talla moral, una guerra civil cantada entre un pueblo oprimido y sus verdugos sangrientos. El régimen del Apartheid, como las bestias heridas, fue más cruel y violento en sus últimos años. El baño de sangre estaba escrito, hasta que el escudo protector de su inmensa sonrisa y una convicción inquebrantable (que ni 27 años de encierro y torturas pudieron siquiera rozar) le evitó a su pueblo una nueva masacre.
Tuve el honor de ver a Mandela en una ocasión, en un Congreso de COSATU, el sindicato mayoritario de Sudáfrica y miembro de la Alianza que junto con el Congreso Nacional Africano y el Partido Comunista de Sudáfrica, lucharon contra el Apartheid y hoy, de forma contradictoria, gobierna el país. Y allí le oí decir a él, el líder entre los líderes, el hombre más amado de Sudáfrica, el jefe indiscutible: "Los lideres pasan, los dirigentes pasan... pero no olvidéis nunca a la organización que os hizo libres". Lo importante, como toda su vida, el colectivo, la organización, el pueblo.
Mandela entró en la cárcel por promover la lucha armada y su argumentación dio la vuelta al mundo cuando desde el banquillo en el Juicio de Rivonia que lo sentenció, explicaba: "teníamos que elegir entre aceptar un estado permanente de inferioridad o desafiar al Gobierno. Optamos por desafiar la ley". Un discurso mítico, el último que de sus labios los sudafricanos oirían durante casi tres décadas, en el que, acusado de comunista, Mandela contestaba: "hoy día me siento atraído por una sociedad sin clases, en parte por mis lecturas marxistas y en parte por mi admiración por las estructuras de las primeras sociedades africanas". Ese es el Mandela que no quieren. El que fue acusado de terrorista, al igual que el CNA, por casi todas las potencias occidentales, el que habla de marxismo, el amigo de Fidel...
Le tenían miedo, un miedo tan atroz como solo pueden sentir los que lo han infligido antes. Por eso se quedaron mudos cuando habló de democracia. En sus labios cobró un sentido nuevo, más limpio. Pero la casta dirigente, Obama incluido, le niegan su indiscutible impulso revolucionario, hasta el punto de que algún telediario analfabeto se preguntaba que qué hacía Raúl en el funeral de Mandela.
No entienden nada. El pueblo sudafricano sí. Es algo que el capitalismo no puede asimilar: que el mundo comprende que los dos dirigentes más importantes que han existido en el siglo XX sean Mandela y Fidel.
Ellos le olvidarán. Nosotros, nunca.
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