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Temas de Semana Santa
09.04.10 DESDE LOS MIRADORES - Escrito por: Rafael Valentín Villar-Moreno
Desde este alto mirador donde el aire cambia los aromas del incienso por los perfumes del tomillo y el romero, y donde la luminosa claridad del Sábado Santo no está velada por el humillo de los cirios, los casos y cosas de nuestra Semana Santa se pueden mirar, y luego dejadlas madurar, con la perspectiva grande que desde esta altura se divisa.
Los malos capataces se distinguen de los buenos precisamente por eso ¡por la perspectiva!, mientras los malos –cada día menos– se aferran al llamador como un náufrago al salvavidas, y pegados a la delantera del paso son incapaces de ver –es físicamente imposible–, si este camina derecho o torcido. Por el contrario los buenos, se separan del paso, lo ven venir, ordenan con conocimiento, se acercan al paso para hablar con sus hombres debajo de los faldones, mandan sin grandes estridencias… etc., etc., y además sus Titulares les premian haciéndoles dotarse de buenos contraguías.
La visión objetiva de las cosas se produce mejor tras unos días de reflexión sobre las mismas. Las reacciones demasiado en caliente corren el riesgo de perder precisamente la objetividad. Y desde mi modesto parecer en esta Semana Santa se han producido tres acontecimientos de signo diferente que la marcan.
El primero es significativo aunque no transcendente: La Pollinita ha caminado a costal, era el único paso de Cabra que aún tenía ruedas. Muy bien por la Cofradía. ¡Enhorabuena!
El segundo es doloroso y significativo: La Misericordia se ha quedado en el templo, una serie de despropósitos y dos bandos enfrentados, han dado como resultado que la Dolorosa del Domingo de Ramos, no ilumine las calles de Cabra. Como viejo hermano de esta cofradía me permito pedir que se busque un Hermano Mayor que tenga ilusión, y a ser posible joven. Es más la autoridad eclesiástica debería vetar en las futuras juntas de gobierno a cualquier persona que haya pertenecido a juntas anteriores. Empezando por mí.
El tercero es gozoso en el dolor: El Descendimiento es una realidad, esta realidad se podría haber concretado de varias formas. Por fortuna se ha elegido la más seria y responsable. Este paso ha dejado al descubierto que nuestra semana santa tiene una piel débil y que donde se rasca queda marcada. Hace falta más formación cofrade más honda y menos superficial para que los fieles ¿o quizá espectadores?, entiendan que a esta cofradía le sobran los aplausos en la calle. Yo desde aquí si la aplaudo.
Su estética basada en la Quinta Angustia, y en la Mortaja sevillanas, requiere por parte de todos un supremo esfuerzo de silencio y respeto durante su estación de penitencia. Es más admite una o veinte saetas durante su recorrido, pero el más profundo silencio será entendido por los saeteros como el mayor de los aplausos. No es fácil trasladar una estética pero en este caso se ha trasladado la más apropiada, y se ha bordado. Por poner un pero sugerir al capataz que de las órdenes de forma más breve y apagada, esto puede ser una apreciación mía, que vi la salida por televisión, a lo mejor en la calle se oía de otra manera.
Queda pendiente el reclamo por el pregonero del Desfile del Viernes Santo, que fue refrendado por los aplausos de todos los asistentes. Para mí sigue siendo una cuestión de orden público.
No quisiera que nadie pueda pensar que voy en contra de sus intereses. Pero todo se reduce a la situación estratégica de un par de establecimientos de hostelería, ni siquiera conozco a sus dueños. Pero creo que podrían colaborar. Al parecer está terminante prohibido consumir bebidas alcohólicas en la vía pública, salvo en terrazas autorizadas y lugares de botellón. Entiendo que se tenga alguna flexibilidad en beneficio de la caja de estos establecimientos, pero habría que marcarles una hora límite, las seis de la tarde sería más que razonable. Terminado el Botellón Santo sobre esa hora y barrida la calle, una pequeña pero ostentosa presencia policial haría el resto.
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