|
El bastón
13.11.09 - Escrito por: Vicente Rafael Moreno López
El bastón es un utensilio polivalente. Básicamente sirve para apoyarse al andar, pero también se utiliza como signo de representación, de poder, de dignidad. El bastón lo usa el que, físicamente impedido, anda con dificultad. El alcalde de una ciudad que en él simboliza su representación. El militar de alta responsabilidad que lo usa como símbolo de su mando. Está en imágenes de la Santísima Virgen a la que se ha querido distinguir con un título no religioso.
Es, sin embargo, el bastón, fundamentalmente, un instrumento de apoyo que algunos usan como remedio y otros, los menos, como solución. Como remedio tras una traicionera enfermedad que me dejó postrado para siempre. Como remedio después de un accidente de circulación que me impide andar con normalidad. Como remedio, tras una caída en la que mi cadera, rota y operada, no me permite los necesarios movimientos.
Es, no obstante, en muchas ocasiones, también en algunos de las señaladas anteriormente, no remedio, sino solución. Es el caso de Vicente, trabajador del gremio de hostelería, que tras sufrir un grave accidente vascular, y como consecuencia de éste una hemiplejía que le dejó postrado.
Vicente cogió el bastón desde el principio como solución y no como remedio. Con gran dificultad, con impotencia, con lágrimas, empezó a moverse en su casa con constancia. Después salió a la calle y anduvo con largas paradas, con enorme esfuerzo, sin pedir ayuda.
A partir de ahí se movió por todo el pueblo con la misma dificultad reflejada en su rostro. Con calor, con frío y con lluvia, lo veíamos con mucha frecuencia de compras en los supermercados, en las tiendas. Y después poco a poco en celebraciones y fiestas, casi en igualdad con todos.
Con sacrificio y tesón consiguió andar y ya lo hace sin bastón .Ha convertido con su esfuerzo diario transformar el remedio en solución.
Escribo esto en su homenaje y reconocimiento, porque me sorprendió y edificó, verlo llegar al Santuario el pasado domingo día 11 de Octubre, acercarse a uno de los componentes de la Junta de Gobierno de la Archicofradía y decirle: “He subido con la Virgen y con su ayuda no he necesitado el bastón. Quiero dejarlo a sus pies con mi agradecimiento".
Pasó al Camarín, de rodillas rezó con fe y devoción a la Patrona, y dejó a sus pies el “bastón-remedio” que el esfuerzo personal y la fe en la ayuda recibida, transformó en “bastón-solución”.
Enhorabuena, Vicente, porque con tu constante esfuerzo y la fe y confianza en la Santísima Virgen, lo has conseguido.
|
|
|
|
|
|