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El poder de convocatoria de la Virgen de la Sierra
21.09.09 - Escrito por: José M. Jiménez Migueles
Órgano barroco para la ceremonia. Oro egabrense para un terciopelo renovado que acentúa la majestad de la Patrona. Y un pueblo entregado que, una vez más, enarbola la bandera de su tradición para rendir pleitesía a María Santísima de la Sierra, tan egabrense Ella, tan cercana a quien así quiere que sea. Un reguero interminable y anónimo ha colapsado hoy el barrio de la Villa, tan presto siempre a prestar suelo y abrigo a los grandes actos marianos de nuestra ciudad. Miles de personas se agolpaban a los pies de la Asunción para asistir al besamanos extraordinario que la Real Archicofradía ha tenido a bien organizar este año.
Y así es, querido lector. Una vez más el pueblo de Cabra silencia las imbéciles voces que intentan ridiculizar todo lo que se mueve alrededor de la Virgen de la Sierra. Y afortunadamente deja en aguas de borrajas las risas de aquellos que intentan ridiculizarnos a aquellos que nos sentimos afortunados partícipes de las mismas.
Queda claro el poder de convocatoria, por tanto. No tanto como puede tenerla la presentación de un libro de Pepe Garrido, pero oigan, es que eso ya es mucho pedir.
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