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Paco Morillo
11.08.09 IN MEMORIAM - Escrito por: Mariajosé Morillo López
Ha muerto Paco Morillo. Domingo 9 de agosto, 4 de la tarde. Terminando de rezar los Misterios Luminosos del Rosario, Letanías, Salve y Vivas a María Santísima de la Sierra. Rodeado de sus hijos, hijas, yernos y nueras, nietos, y como no, su adorada esposa, Juanamari. Nos hemos quedado sin él, pero con todo el cariño, amor y devoción que nos ha regalado a todos siempre.
Sus últimas palabras: “Madre mía, no me sueltes de tu mano”. Se muere como se ha vivido. Llegada “mi hermana la muerte” como solía decir, no se improvisa nada. Estamos ante una cuestión de amor, que sólo se resuelve trascendiendo, con más amor.
Sólo puedo contaros esto. Oiréis muchos comentarios sobre su grandeza de corazón, su simpatía y optimismo, su gracia, su espíritu deportivo, luchador y aventurero, su laboriosidad incansable, su tesón, su piedad y fe recia, su pasión por Cabra y sus gentes, su coherencia de vida, su defensa de la vida, matrimonio y familia, su entrega generosa, su sabiduría e inteligencia, su misericordia...
Pero lo más característico de Paco Morillo, mi amado padre, es su filiación divina. Cómo se sabía hijo amado por Dios. Cómo con su ejemplo nos ha transmitido lo que es el Amor del Padre. ¿Su secreto? Siempre de la mano de la Virgen.
A todos los familiares, amigos, en la lejanía, pero tan cercanos en el cariño, gracias. Gracias a Dios que hemos tenido la suerte de haber podido conocerlo, y amarlo. Adiós Paco Morillo, adiós papi. Espéranos en el Cielo.
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