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Intereses encontrados
06.05.09 - Escrito por: Antonio Ramón Jiménez Montes
 Me sorprende que, a veces, en una comunidad relativamente pequeña como es la nuestra, pueda resultar difícil compaginar criterios o actitudes diferentes. Quizá cuanto más pequeño es un grupo, más fácil es que puedan apreciarse las diferencias y a veces, lejos de servir para unir en la diversidad, son motivos de desencuentro que poco benefician.
Viene al caso lo que parece que está pasando desde hace algunos meses entre una serie de profesionales de la hosteleria constituidos en asociación y una especie de manía persecutoria que les ha entrado contra las cofradías.
Recordarán ustedes los dimes y diretes que hemos estando escuchando la pasada Cuaresma o el acuerdo al que llegaron los representantes de esa Asociación y de la Agrupación de Cofradías. El interés legítimo de unos y otros parecía haberse encontrado y unos asintieron y otros asumieron que casi siempre, es mejor un mal acuerdo que un buen pleito.
Los resultados de ese convenio, según quién los analice, son vistos desde distinta óptica. No entraré en detalles, pero a mi me parece que algunos hosteleros están llevando más allá de los límites de una sana cohabitación, sus intereses económicos. En nada habría que objetar que los empresarios o profesionales quieran conseguir sus fines lucrativos pues para eso han montado sus negocios. Pero también creo que no puede objetarse a las cofradías (lo mismo que a las peñas, asociaciones, colectivos varios y otras organizaciones) que intenten recabar fondos entre sus más allegados y lo hagan organizando las más variadas actividades. Algunas de ellas, como ustedes conocen muy bien, están relacionadas con el montaje de verbenas, casetas, barras, fiestas populares o cuartelillos. Y esa es una costumbre no sólo local sino extendida por numerosos pueblos y ciudades de la amplia geografía española.
Que ahora se pretenda que no se hagan "cruces" o que las casetas no puedan desarrollar sus actividades en la feria o que no se monten verbenas populares, me parece un despropósito, difícilmente calificable y creo que esos hosteleros que protestan, se equivocan. Sin entrar tampoco en más detalles, a nadie se le escapa que precisamente gracias a un buen número de actividades de las cofradías y las demás asociaciones o colectivos, producen una afluencia de visitantes que, generalmente, recalan en los establecimientos de hostelería para completar su recorrido por nuestra ciudad. No creo que haya que aportar pruebas para ver cómo "se ponen los bares" cuando hay procesiones o cuando llega la feria o cuando se organiza cualquier evento festivo en nuestra ciudad. Me sorprende más aún que algunos de los integrantes de esa asociación de hosteleros, sean los que tienen sus locales en lugares más o menos de paso y que ven sus mesas y barras llenas, ocupando también la vía pública cuando no se cabe en el local, en las señaladas fechas que se dan en Cabra.
Entrar ahora, como parece que pretenden, en intentar exigir que se cumplan todas las normativas vigentes en la materia a la hora de montar una barra para recaudar fondos, es todavía más atrevido cuando muchos de los hosteleros quizá tendrían que poner al día muchas de sus instalaciones, contratos, exigencias y otros asuntos que contemplan las normas vigentes. Por poner un ejemplo, habría que ver si se cumple la normativa laboral en los camareros que hay que poner para bodas, banquetes o mesas extra en Feria o Semana Santa; si se han eliminado barreras arquitectónicas en los locales; si existen los mínimos de seguridad, salubridad e higiene exigidos por la normativa; si los aseos cumplen y están en las condiciones adecuadas; si se controlan ruidos y horarios. Y quizá un largo etcétera que, estoy seguro, casi nadie tiene actualizado y totalmente normalizado para adaptarse a la legalidad vigente.
Por eso me pregunto si esos intereses, por otra parte quizá legítimos, ¿no podrían encontrarse en lugar de estar encontrados?, pues no hay que ir muy lejos para ver cómo en otras poblaciones, conviven sin más historias y sin apenas problemas.
La sensatez y la cordura tienen que prevalecer contra esta furia desatada que están enarbolando algunos hosteleros de Cabra, pues, a nadie se nos escapa que somos los egabrenses los más inmediatos consumidores y como están las cosas, lo que faltaba es que también tuviéramos que dejar de ir a determinados sitios porque sus dueños no quieren colaborar con nuestras asociaciones, cofradías o colectivos.
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