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Hablar y dar ejemplo
19.04.09 - Escrito por: Vicente Rafael Moreno López
El reciente viaje del papa Benedicto XVI por algunos lugares de África ha levantado una polémica, avivada especialmente por aquellos a los que nos les interesan sus enseñanzas, porque ponen en peligro el desarrollo de sus teorías, las más de las veces, materialistas, hedonistas y siempre interesadas.
Sacaron las palabras del Papa de su original contexto y con ellas le han atacado de forma despiadada.
El sida es una enfermedad que hay que encarar, fundamentalmente con una buena educación y una mejor atención médica. Buena educación que puede conseguirse, entre otras cosas, con un proyecto serio, adecuado y pedagógico, que haga ver a todo el mundo que los humanos somos distintos de otros seres de la creación y que la sexualidad humana tiene su componente principal en el amor. Sin amor, sin el cuidado y cariño que se sienten por la persona amada, esa secualidad, pienso que pierde parte de su racionalidad. Por lo tanto, sexo con amor, sí. Sexo sin amor, no.
La persona que quiere a otra no la expone, ni se expone, al peligro de la enfermedad. Además esa educación no se intenta en algunos ambientes, porque es mucho más fácil dar a la juventud y a los no educados, preservativos que, en multitud de ocasiones no dan el resultado deseado.
Educación en la que se emplee todo el esfuerzo posible y todo el dinero necesario, no en condones, que repito es muy fácil, sino en atención a los ya enferemos que contrajeron la enfermedad posiblemente porque no se les educó bien.
La Iglesia Católica, que capitanea ese Papa denostado, así lo hace desde la aparición de ese azote. Atiende al 25% de todos los enfermos de sida del mundo. Sólo en Camerún, según datos publicados en ABC el pasado 20 de marzo, la Iglesia tiene para el sida y otras atenciones, las siguientes instituciones: 28 hospitales, 235 ambulatorios, 12 leproserías, 11 casas para ancianos e inválidos, 15 orfanatos y 2 centros de reeducación. Todo ese arduo trabajo es realizado por numerosos misioneros seglares, 288 religiosos, 2190 religiosas y 1847 sacerdotes.
Creo, además, que siendo la sexualidad un asunto muy importante en la vida humana, hay otras realidades en las que también deben ser instruídos los jóvenes. Repito, creo que así se lucha contra el sida y otras enfermedades y se educa para todo. Facilitar preservativos es un parche transitorio, cómodo, pero quizá no todo lo efectivo que fuera deseable.
A todo lo anterior se deben unir las declaraciones de Edward Green, director del proyecto de investigación de prevención del SIDA de Harvard quién, en una entrevista al National Review ONline, ha dicho: "El Papa tiene razón, nuestros mejores estudios muestran una relación consistente entre una mayor disponibilidad del preservativo y una mayor tasa de contagios del sida. Cuando se usa alguna tecnología para reducir un riesgo, como el preservativo, a menudo se pierden los beneficios, asumiendo un mayor riesgo que si uno no usara esa tecnología".
La opinión de Edward Green, reputado ciéntifico, dedicado a trabajos sobre la erradicación del sida, nos ayudará a comprender la posición del Papa Benedicto XVI y a defenderlo ante aquellos que le atacan, la mayor parte de las veces, porque les molesta o cuestionan, insisto, sus inamovibles e interesadas opiniones.
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