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La provincia de Córdoba vuelve a encabezar la lista negra de pérdida de población en España. Según los últimos datos provisionales de la Estadística Continua de Población del Instituto Nacional de Estadística (INE), a 1 de julio de 2025 la provincia cuenta con 770.692 habitantes, 1.100 menos que en abril y 2.772 menos que hace un año.
Se trata de la cifra más baja de los últimos 21 años, muy lejos del récord alcanzado en el verano de 2011, cuando vivían en la provincia más de 802.000 personas. Desde entonces, la tendencia ha sido mayoritariamente descendente, con contados repuntes que no han logrado frenar el declive.
En términos porcentuales, Córdoba ha perdido un 0,36% de su población en el último año, mientras que el conjunto del país ha crecido un 1,04% y ha alcanzado los 49,3 millones de residentes, la cifra más alta de la serie histórica. La provincia, junto a Zamora (-0,27%), es la única que registra saldo negativo en este segundo trimestre.
El desplome demográfico cordobés se explica por un crecimiento vegetativo negativo (con más defunciones que nacimientos) y por un saldo migratorio insuficiente. Aunque en el último año la provincia ha ganado 673 residentes extranjeros, el aumento es modesto ( 2,33%) y muy inferior al promedio nacional (6,18%). A día de hoy, solo el 3,84% de la población cordobesa es extranjera (29.562 personas), muy por debajo de la media española del 14,3%.
La pérdida de población española es aún más preocupante: Córdoba ha visto marchar a 3.445 habitantes nacionales en el último año, colocándose como la decimotercera provincia que más población autóctona pierde, en línea con territorios como Ourense, Cáceres o León.
El contraste con el resto de España es evidente. El crecimiento poblacional nacional se ha sustentado casi en su totalidad en la llegada de extranjeros, con especial protagonismo de colombianos, marroquíes y venezolanos. Córdoba, sin embargo, permanece al margen de esa tendencia, atrapada en una sangría demográfica que amenaza con cronificarse.
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