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Grandiosa y Monumental "9ª Sinfonía" de Beethoven, el pasado 18 de julio en la Plaza de las Pasiegas de Granada
21.07.14 - Escrito por: Rafael Nieto López
 En conmemoración de los 30º Cursos Internacionales de Interpretación Musical "Eduardo del Pueyo" de Granada, se celebró el pasado 18 de julio en la emblemática Plaza de las Pasiegas de la capital granadina, ante su monumental catedral, un CONCIERTO EXTRAORDINARIO, que abarrotó de público tan señalado lugar, en el que como obra única se interpretó la conocidísima "9ª Sinfonía -Coral- en re menor" Op 125 de Ludwig van Beethoven, en la que una espléndida Orquesta Sinfónica denominada "Eduardo del Pueyo" constituida para la efeméride conmemorativa, junto a un numerosísimo Coro de igual nombre, que ocupaba la escalinata de acceso al templo catedralicio, así como un Cuarteto solista vocal, nos hicieron una grandiosa y monumental exposición de la partitura de Beethoven, bajo la meticulosa batuta del inglés Michael Thomas.
Sin más preámbulos, a la hora anunciada 10 de la noche, el concertino de la agrupación, profesor de violín en los citados cursos, Janos Nagy procedió a la afinación de la orquesta, cosa que se produjo en un silencio espectacular pese al gentío que llenaba la plaza.
Salió el director Michael Thomas y tras el saludo de rigor al concertino, empuñó la batuta, para desarrollar tan gran obra, en sus cuatro movimientos. Estuvo bien, muy bien, atento a todos los pasajes en los que las distintas secciones de la orquesta tuviesen una intervención especial. Se ganó un sobresaliente.
Michael Thomas, inglés de nacimiento, violinista, compositor y director está avecindado en España, en Andalucía concretamente y ha llevado la dirección de las orquestas Ciudad de Almería, Orquesta Joven de Andalucía (OJA) y actualmente la Orquesta Bética Filarmónica de Sevilla y Orquesta Bética de Cámara. Imparte clases de sus especialidades y por ello lo hemos tenido en Cabra varias veces en distintos cursos, de profesor, dirigiendo o formando parte de orquestas como violinista o solista.
La Orquesta Sinfónica estaba compuesta por un plantel de profesores y alumnos participantes en los Cursos. Sonaba magistralmente, pues los mimbres que la componían no eran para menos.
Así, la cuerda estuvo maravillosa, deliciosa, cómo sonaba, bien en las partes fuertes como en los pianos, pizzicatos, qué violines, qué violas, qué chelos...en una partitura de categoría interpretativa.
También la sesión viento-madera tenía sus partes solistas de lucimiento para la flauta, oboe, clarinete y fagot. Se lucieron.
Y no hay que olvidar al viento-metal en la que oímos unas trompetas claras, las trompas y trombones. La percusión también tuvo su trabajo y como cosa curiosa se escuchaba en la intemperie el penetrante sonido del triángulo.
Entre los violines vimos como ayuda de concertino a José Mª Fernández Benítez, profesor de nuestro Carlos R. Martínez Arroyo que también ocupaba atril en los violines primeros, formando pareja con el granadino Jesús Molina Pérez, con quien ya ha tocado también como dúo en varias actuaciones solistas, conciertos para dos violines de Bach y Vivaldi, y algún Sarasate, bien en Andalucía o en Cataluña.
También había en la orquesta otros violinistas conocidos, alumnos de los cursos, de pueblos de nuestro entorno, como Fernando Gallardo de Priego de Córdoba, Alicia Sánchez y Guiomar Ortiz de Montilla y Marina Rodríguez Arjona de Lucena.
El numerosísimo Coro, que para manejarlo hay que saber hacerlo, estuvo en las manos preparatorias del Concierto, de Juan Ignacio Rodríguez Herrera, logrando un empaste total y así las distintas cuerdas (sopranos, contraltos, tenores y bajos) bien conjuntamente o por separado estuvieron perfectas y llenaron con sus voces la Plaza de las Pasiegas. En el coro, que estaba formado por colaboradores, había dos lucentinos, el bajo Antonio Rodríguez Morales (director del Coro de Cámara Elí Hoshaná de Lucena) y su esposa, la contralto Mariola Arjona Huertas, padres de la violinista Marina, ya mencionada.
Como todos sabemos, en esta sinfonía está en su 4º movimiento la famosa "Oda a la Alegría" (An die freude), la música del Himno de Europa, y en él es donde interviene el Coro y los Solistas vocales.
Pues bien, en el Cuarteto Solista vocal formado por Irene Garrido (Soprano), Karolina Driemel (Contralto), Francisco Díaz Carrillo (Tenor) y Víctor Cruz García (Barítono), que no desmereció ninguno de otro, se oían sus voces perfectamente, con gran potencia, perfecta dicción alemana y bien hacer, o sea un cuarteto muy equilibrado.
Personalmente, para mí fue una sorpresa encontrarme al tenor Francisco Díaz, natural de Herrera (Sevilla), al que ya conocía de unos conciertos celebrados en su pueblo natal, Cabra y Baena, en los que intervino interpretando un aria de la ópera Lucía di Lammermoor (Donizetti) que me impactó. Recientemente ha sido seleccionado, previas las pruebas correspondientes, para el Coro Joven Nacional de España y suplente o refuerzo del Coro de RTVE.
Al final del concierto saludaron todos y cada solista por separado, a indicación de Michael Thomas, el director, que estaba eufórico tras el gran éxito alcanzado.
El público aplaudió con fervor, en pie, este magnífico concierto. Hay que felicitar a la organización de los Cursos Internacionales "Eduardo del Pueyo" por la noche que deparó en Granada, en la que aún resuenan los ecos del Festival Internacional de Música y Danza, con esta 9ª Sinfonía de Beethoven de antología, así como al Excmo. Ayuntamiento por su colaboración y demás Entidades, que lo han hecho posible.
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