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"Apuntes históricos de la villa de Puente Genil" de Agustín Pérez de Siles y Antonio Aguilar (Sevilla, 1874)
18.08.17 - Escrito por: Antonio Suárez Cabello / Biblioteca histórica Aguilar y Eslava
 Numerosas e importantes han sido las donaciones de libros al Instituto y Real Colegio, las cuales ocupan espacio en los anaqueles de la Biblioteca Histórica Aguilar y Eslava. Hoy traemos como Libro del Mes una de ellas: APUNTES HISTÓRICOS DE LA VILLA DE PUENTE GENIL, escrita en colaboración por Agustín Pérez de Siles y Prado y Antonio Aguilar y Cano (Sevilla, 1874).
Antonio Aguilar y Cano, el donante (otras obras de su autoría forman parte del fondo antiguo), fue alumno de la institución educativa. Nacido en Puente Genil (1848), gozó de gran prestigio como jurista, literato e historiador. Llegó a ser registrador de la propiedad en Campillos, Estepa, Marchena, Priego de Córdoba y Granada. Más datos que recogemos de su biografía son: cronista de Puente Genil, caballero de la Orden de Carlos III, Hijo Adoptivo de Machena. Asimismo formó parte de la Real Academia de la Historia, la sevillana de las Buenas Letras, la Real Academia de Ciencias y Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba, la asociación Arqueológicas Barcelonesas (Centro del Excursionista de Cataluña, la sociedad de Correspondance Hispanique de Burdeos y las Reales Económicas de Amigos del País de Andalucía. Murió en Granada en 1913.
El otro coautor es Agustín Pérez de Siles y Prado, pontanés, experto investigador y muy interesado por los temas del patrimonio y monumentos. Llegó a fundar una asociación de historia local. En una de las semblanzas de Pérez de Siles leemos que dado sus grandes conocimientos "sabía evocar como ningún otro aquellas épocas pasadas de la historia, en sus amenas narraciones".
La huella de la encuadernación, a la holandesa, está en el reverso de la portada en la que se localiza una etiqueta con la siguiente lectura: "Centro de suscriciones. Taller de encuadernación de Saturnino Peñalba. Almaraz, 34. Cabra".
Sus apuntes los brindan a Puente Genil, "como muestra de su particular afecto". Es la primera historia que se da a la estampa. Debemos recalcar, antes de entrar en el contenido, la importancia que representa la historia local, pues su conocimiento ayuda a continuar avanzando en la realidad de los pueblos. Una historia local que ha de ser componente de la historia provincial, regional y nacional.
Estas historias territoriales deben examinar los textos de forma crítica, desprendiéndose de toda fabulación y de todo documento que no esté lo suficientemente contrastado, y han de llevarnos a la recuperación y análisis del pasado con objeto de interpretar mucho mejor el presente. Son monografías que entran dentro de una corriente historiográfica que va evolucionando con el tiempo.
Pérez de Siles y Aguilar Cano justifican el trabajo ante la necesidad de una mirada a la historia de las pequeñas entidades, llenando esos espacios, aún vacíos, de narraciones y exposiciones de acontecimientos dignos de memoria, sean públicos o privados. Ambos consideran fundamental el que existan gentes amantes de sus cosas y "dediquen sus tareas a no dejar en el olvido las noticias ocultas entre el polvo de los archivos, o aquellas que, confiadas a la memoria, desaparecen con el individuo sin dejar tras de sí la mas leve huella, ocasionando una pérdida irreparable".
Comentan en el prólogo que las empresas de este género "ofrecen grandes inconvenientes", teniendo como metodología, al estudiar cualquier punto de la Historia, el consultar "los más acreditados historiógrafos para saber lo que con respecto a él dijeron", siendo numerosas sus dificultades en la localización de materiales. Reconocen, sin embargo, que algunos críticos pueden encontrar en su labor algunos defectos de los que adolecen sus apuntes históricos, pidiendo indulgencias a los censores.
La estructura ofrece un preliminar y cuatro partes. La primera parte, siete capítulos, está dedicada a la época antigua (romana, goda y árabe). La parte segunda, doce capítulos, a la época moderna alusiva al origen e historia de la villa actual. La tercera parte, tres apartados, nos lleva por las vías públicas, por los edificios, por el término comunal, por su origen histórico, por calles y plazas. Las biografías de hombres notables constituye la cuarta parte. Se añaden varios apéndices.
En la parte preliminar, que consta de un único capítulo, presentan una serie de datos alusivos a la época en que escriben. La población, en aquellos años y según el último censo, era de dos mil doscientos veintiún vecinos, ascendiendo el número de habitantes a diez mil cuatrocientos sesenta y dos, de los cuales cinco mil ochenta y tres eran varones y cinco mil doscientas ochenta y nueve mujeres. Contabilizan noventa transeúntes. Hoy son aproximadamente treinta mil las almas que la habitan. En el antiguo régimen español se designaba como vecino a la unidad que se utilizaba para realizar censos por motivos fiscales. En este sentido, un vecino era una unidad familiar, y por cada unidad familiar se contabilizaban, normalmente, cuatro o cinco habitantes.
El trazar una panorámica en el momento de los apuntes sirve para una comparación con los tiempos reales, pudiéndose llevar a cabo una reflexión sobre el avance experimentado a lo largo de los años.
Siguiendo la corriente del Genil, escriben, llegamos al lugar en el que un puente pone en contacto a los dos lados de la población. El paisaje es "bello y pintoresco", destacando en las riberas numerosos tipos de arboleda que las pueblan. En la lejanía, señalan, la vista alcanza "la última tierra con las crestas de Sierra Morena, con las de Cabra, Granada y Loja, y con más cercanas de la vecina Estepa".
Sitúan Puente Genil a nueve leguas de Córdoba, tres de Aguilar de la Frontera y diecinueve de Sevilla, estando limitada por Santaella, Aguilar de la Frontera, Lucena, Casariche y Herrera, en la provincia de Sevilla. A sus condiciones naturales "de hermosa situación", añaden "la pureza de los aires que en ella se respiran y un clima de los más benignos", lo que hace que los oriundos "gocen de buena salud".
La agricultura es la principal dedicación. La riqueza más importante es el olivar, existiendo gran número de molinos de prensar de madera, con las llamadas vigas. Dieciocho son las fábricas de alfarería y cuatro de ladrillo y tejas. Cuentan, además, con tres molinos harineros en la ribera del Genil y dos en la embocadura del de las Yeguas. En total son ciento dos edificios destinados a la industria. El comercio de exportación lo valoran positivamente: aceite, hortalizas y frutas para los municipios comarcanos, alfarería, algunos cereales, etc. Recogen, en los datos que estamos espigando, la existencia de "bastantes establecimientos de todas clases para servir a las necesidades del pueblo"; tiene un comercio "bien activo".
Apuntan que desde mediados del siglo anterior (siglo XVIII) "se celebraba una velada el día 25 de julio, en el barrio de Santiago y su parte más cercana al puente". En 1834 le sería concedida una feria anual para que la tuvieran en los días 15, 16 y 17 de agosto, "como sucede en la actualidad"; es decir, en la fecha de publicación del libro. En el relato argumentan sobre los edificios, fuentes públicas, los dos paseos, el hospital y las dos parroquias. Las clases de instrucción primaria son numerosas: "El deseo de saber y la afición al estudio se ha despertado de una manera notable". Aluden a las procesiones de Semana Santa.
Entre los enunciados de la PRIMERA PARTE (época antigua), Astapa y Ostippo, la Villeta y Fuente Álamos. En la SEGUNDA PARTE (época moderna) hacen un rápido recorrido por la organización municipal, la educación, la instrucción y la religión (asociada a todos los actos de la vida pública y privada). Vicisitudes y progresos a lo largo de este período se recogen en las diversas páginas. Las obras públicas, la guerra de la Independencia, sucesos políticos se enumeran oportunamente, sin olvidar que en 1834 se sufrió por primera vez el terrible azote del cólera morbo. No falta un apartado para Miragenil, germen de la actual Puente Genil, surgida en 1568 en la orilla suroeste del río Genil, frente al núcleo que formaría el Pontón de Don Gonzalo.
Vías públicas, edificios, barrios (el Bajo, el Alto y el de Santiago, antiguo Miragenil) se integran en la TERCERA PARTE, además del origen histórico y descripción y situación de las calles y plazas. No faltan los párrafos al puente sobre el Genil, a los paseos de la plaza Nacional y de la Piedad, a las fuentes públicas, a las casas Consistoriales, cárcel, pósito y alhóndiga, teatro, plaza de toros (hubo a nivel privado pero desapareció), matadero, carnicerías, pescaderías, corral del Concejo, edificios destinados al culto y lugares religiosos. En la ermita de la Escuela de Cristo se fundo primitivamente la Santa Escuela de Cristo, "de resultas de una misión habida en 6 de abril de 1673 y previa licencia del obispo de la diócesis". Transcurridos algunos años se trasladó dicha escuela a la ermita de la Caridad.
La CUARTA PARTE está consagrada a las biografías de personas notables, comenzando con la figura de Luis de Arroyo. Al final de la relación nombran al joven poeta Manuel Reina y Montilla (18 años), insertando algunos de sus poemas y obviando, por falta de espacio, cierto fragmento dramático de César y Pompeyo, creada el año anterior.
Sugestivos documentos forman parte de la sección APÉNDICES. Por ejemplo: Relación de los señores a quienes ha pertenecido la Casa y Mayorazgo del Estado de Aguilar. Relación de los que han ejercido autoridad en esta villa y de otros que han sido funcionarios. Cabildo abierto en que se eligió y votó por Patrona de esta Villa a María Santísima de la Concepción. El Niño mártir. Relación de los Señores a quienes ha pertenecido el lugar de Miragenil (se inicia con Adam Centurión, marqués del Aula). Breves noticias de la priora del convento de Carmelitas y relación de las jóvenes que se sabe profesaron en dicho claustro.
Reivindicamos, a la vista de estos apuntes históricos, la investigación permanente sobre las historias locales.
BIBLIOTECA HISTÓRICA AGUILAR Y ESLAVA
Libro del Mes:
Pérez de Siles y Prado, Agustín.
Aguilar y Cano, Antonio.
Apuntes históricos de la villa de Puente Genil / obra escrita en colaboracion por Agustin Perez de Siles y Prado y Antonio Aguilar y Cano.-- Sevilla : [s.n.], 1874 (Imp. de Gironés y Orduña)
502 p. ; 21,00 x 15,00 cm
Donado por Antonio Aguilar y Cano, antiguo alumno de la Institución.
Etiqueta: Taller de encuadernación de Saturnino Peñalba, Cabra.
Enc. a la holandesa
Materia/género: Puente Genil. Historia.
Lugar: España. Sevilla
Sig. Top.: 3877
[LM.201707.asc]
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