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"El arte poética de Horacio o Epístola a los Pisones", traducida por Tomás de Iriarte (Madrid, 1777)
17.08.15 - Escrito por: Biblioteca histórica Aguilar y Eslava
"El arte poética" de Quinto Horacio Flaco, también titulado "Epístola a los Pisones", ha sido traducida al español a lo largo de los años por diversos autores, entre ellos: Luis Zapata (1592); Vicente Espinel (1595), en endecasílabo blanco; el jesuita Joseph Morell (1684), en pareados; el presbítero Juan Infante y Urquidi (1730), glosada en octavas, o Tomás de Iriarte (1777), publicada cuando el escritor español era oficial traductor de la primera Secretaría de Estado y archivero general del Supremo Consejo de Guerra, traducción que hoy traemos como Libro de la Semana. Marcelino Menéndez Pelayo, en su "Horacio en España" (1877) reseñó numerosas versiones, aunque la que destaca en el siglo XVIII (bilingüe, en silva y con notas) es la que ocupa nuestra reseña semanal.
Quinto Horacio Flaco nació el año 65 a.C. en Venusia (hoy Venosa, Italia). Los años iniciales de su vida transcurren en el campo. Estudió en Roma en la escuela de Orbilio. Allí conocería la literatura de épocas pasadas, como la de Livio Andrónico, y a los más significativos poetas de Grecia. Precisamente en griego escribirá sus rimas iniciales. Horacio es considerado uno de los grandes vates de Roma. Su creación suele dividirse en dos grandes grupos: los poemas líricos y los poemas no líricos. Al primer grupo corresponderían los Epodos y las Odas y al segundo las Sátiras y las Epístolas, incluyendo en éstas el Arte poética, ambas escritas en hexámetros, verso de la poesía griega y latina.
Si en las Sátiras aborda cuestiones éticas como el poder destructor de la ambición, la estupidez de los extremismos y la codicia por la riqueza o la posición social, en la Epístola a los Pisones, que es su arte poética, Horacio renueva y enriquece la visión sobre la creación artística que en el siglo V aC Aristóteles dejó precisada en su Poética. Esta preceptiva literaria será imitada o rechazada a lo largo de los siglos de la Historia de la Literatura; no olvidemos que los movimientos artísticos son pendulares.
Fueron los defectos de las traducciones del Arte poética de Horacio hechas por el licenciado Vicente Espinel y por el jesuita José Morell los que movieron a Tomas de Iriarte (Puerto de la Cruz, 1750; Madrid, 1791), uno de los fabulistas más importantes de su época junto a Félix María de Samaniego, a emprender con diligencia y esmero el mismo trabajo, evitando cuidadosamente los yerros en que habían incurrido sus predecesores, estudiando y meditando profundamente el texto original y examinando cuantas ediciones de Horacio pudo tener en las manos.
En la portada del volumen aparece una cita de Cicerón de "De optimo genere Oratorum". No olvidemos que los más antiguos testimonios escritos sobre la propia manera de traducir proceden del jurista, político, filósofo, escritor y orador romano. La mención es la siguiente: "Non verbum pro verbo necesse habui reddere; sed genus omnim verborum vinque servavi" (No me pareció necesario volver palabra por palabra, pero conservé todo su estilo y su fuerza). Cita que encierra la filosofía seguida por Tomás de Iriarte en su traducción, en la que ha adoptado la silva, una estrofa compuesta por versos endecasílabos y heptasílabos de rima irregular. La amplia libertad poética que esto supone convierte a esta composición en la más moderna de la métrica clásica española, por su implícita tendencia antiestrófica, y como tal constituye una forma de transición hacia el verso libre moderno, señalando el traductor en su discurso preliminar que ya la usaron muchos de nuestros célebres poetas, como Lope de Vega en el Laurel de Apolo y La Gatomaquia, o Góngora en sus Soledades, a los que ha tratado de imitar, confesando que no se atreve a blasonar el haber conseguido el acierto en el requisito de "dulzura y deleite" que requiere el Arte poética horaciana.
Horacio manifiesta su concepción poética en la Epístola a los Pisones: "Sin escribir cosa alguna, enseñaré cómo se escribe; diré la misión y las reglas del poeta, el manantial donde ha de beber, lo que el buen gusto permite y lo que no, los atrevimientos del genio y los escollos de la ignorancia". En primer lugar aconseja nuestro poeta la unidad de conjunto en toda obra. El artista debe entender el conjunto y no sólo las partes, dice.
El clasicismo de Horacio está abiertamente expresado en la frase: "Estudiad los modelos griegos; leedlos noche y día". Como Aristóteles, insiste en la necesidad de mostrar cosas verosímiles y tratar temas que sean útiles y agradables al público
No podemos dejar de reseñar la locución utilizada en la teoría del arte y la literatura que aparece formulada en Arte poética: "Ut pictura poesis", la poesía igual que la pintura: "la habrá que si estás cerca te capte más, y otra si estás más alejado; una gusta de la oscuridad, quiere ser vista a la luz la que no teme al agudo acumen del crítico; ésta gustó una vez, aquella gustará, aunque se vea diez veces".
Interesantes resultan las últimas páginas del libro (54) dedicadas a "Notas y observaciones conducentes a la mejor comprensión del Arte poética de Horacio", en las que Iriarte expone advertencias y reflexiones, unas propias y otras ajenas, que le han parecido más útiles y necesarias para la mejor inteligencia de la Epístola de Horacio.
BIBLIOTECA HISTÓRICA AGUILAR Y ESLAVA
Libro de la Semana:
Horacio Flaco, Quinto
El arte poetica de Horacio o Epistola a los Pisones / traducida en verso castellano por D. Tomas de Yriarte... ; con un discurso preliminar y algunas notas y observaciones.-- En Madrid : en la Imprenta Real de la Gazeta, 1777.
LIII, 72, 54, [2] p. ; 19,00 x 12,00 cm
Texto paralelo en latin y español, p. 1-71.
Enc. cart. forrado cuero
Materia/género: Literatura Latina.
Otros responsables:
Iriarte, Tomás de (1750-1791), trad.
Imprenta Real de La Gaceta, imp.
Lugar: España -- Madrid
Sig. Top.: 3597
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